A las 14:05 del martes 30 de noviembre, Aurélien Ducroz y David Sineau cruzaron la línea de meta de la 15ª edición de la Transat Jacques Vabre a bordo de su Class40 Crosscall. Al hacerlo, completaron las 4.600 millas teóricas del recorrido en 22ª posición de su categoría. Aunque su rendimiento no fue el esperado, el dúo, que tuvo que hacer frente a la pérdida de su spinnaker máximo a la altura de Portugal y de su spinnaker medio a la altura de Canarias, hizo gala de un notable espíritu de lucha y de una gran abnegación. A pesar de la evidente desventaja de velocidad sin sus dos grandes velas de proa, el dúo puede extraer varias lecciones positivas de esta regata transatlántica. Además de una buena trayectoria y un compromiso inquebrantable, el tándem puede estar especialmente satisfecho del excepcional potencial del Class40 Crosscall y de su fiabilidad tan sólo cinco meses después de su botadura. Es un buen augurio para el futuro y, en particular, para la Ruta del Ron 2022, el próximo gran objetivo del patrón-esquiador de Chamonix.
Aurélien Ducroz, patrón de Class40 Crosscall

Veintitrés días, más de dos tercios de los cuales se disputaron sin spinnaker máximo y sin spinnaker medio. En otras palabras, se cortaron un poco las alas.
"Después de Canarias, no tuvimos más remedio que navegar con un spinnaker ligero. Por supuesto, tuvimos que hacer algunas viradas al cuadrado, pero seguimos en modo regata", explicó el bicampeón del mundo de esquí freeride.
"Desde el momento en que perdimos nuestras dos grandes velas de proa, ya no podíamos obtener más resultados, pero seguimos haciéndolo lo mejor que pudimos con las armas que nos quedaban. Aprovechamos al máximo cada cambio de viento y cada oscilación. Mantuvimos un buen ritmo a pesar de nuestra desventaja, lo que es a la vez una satisfacción y un gran pesar, ya que podemos ver que sin los daños, podríamos haberlo hecho realmente bien. Además, los alisios se mantuvieron flojos hasta el final, lo que nos perjudicó un poco por partida doble, ya que si hubiéramos tenido entre 16 y 18 nudos, habríamos podido hacerlo muy bien", confirma David, quien, tras haber logrado doblar Cabo Verde en 4ª posición gracias a algunos buenos movimientos tácticos y estratégicos, sufrió después, como es natural, su déficit de velocidad.
VALIOSA EXPERIENCIA PARA EL FUTURO
Sea como fuere, incluso sin dos preciosas velas, el Lift V2 Crosscall ha demostrado que no sólo tiene lo que hay que tener, sino que en sólo cinco meses el equipo y su patrón han conseguido que sea notablemente fiable.
"Llegamos a Martinica y no había nada que hacer en el barco. Nuestro 22º puesto no es, obviamente, el resultado que queríamos. Es duro y frustrante, pero sigue siendo una gran experiencia porque he aprendido mil cosas más y he descubierto más cosas sobre este prototipo. Es una auténtica locura y estoy deseando sacarle el máximo partido. Una vez que me di cuenta de que ya no estábamos en condiciones de competir por los primeros puestos, me fijé inmediatamente en la Route du Rhum. Esta regata transatlántica ha sido sin duda una experiencia valiosa para profundizar en mi conocimiento del barco y avanzar", subraya Aurélien, que está encantado con el potencial extremadamente prometedor de su barco, pero también con toda la tecnología Crosscall a bordo, incluido el flamante smartphone ACTION, el primero de este tipo que ha cruzado el Atlántico.

Aurélien Ducroz, patrón de Class40 Crosscall
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